Teatro Esmeralda

Hace aproximadamente 10 años que conocí el Teatro Esmeralda por medio de la invitación de Patricia Andrade, exponente en aquel entonces, junto a una fotógrafa y compañera de escuela de quien no recuerdo su nombre, pero que sin duda presentó en ese tiempo un trabajo fotográfico de una sensibilidad misteriosa y de tensa emoción. Yo fui entonces la tercera participante que tuvo el honor de intervenir aquel espacio y darle un poco de vida, donde nos acompañaron también y principalmente nuestras familias y amigos, nuestros maestros.
En ese momento aún no terminábamos los estudios de Fotografía, cada conjunto de obras tenía como hilo conductor al cuerpo, su figura. Nuestras miradas se completaban distintamente con cada imagen, fuesen estas puestas en la técnica fotográfica como intervención en el proceso, en el material (soporte) o desde el punto de vista de la percepción. 
Estos son de aquellos trabajos que sacan a la luz nuestros deseos guardados, empolvados y casi olvidados con el tiempo. El Teatro, en esos tiempos, se encontraba en iguales condiciones, ahora quien sabe, después del terremoto y de tantos años mas... ya de eso hace bastante.Alguna ves iré a mirar por entre las separaciones de las maderas o por el agujero que aguanta al candado y su cadena, tal ves un día de estos lo haga, pero hasta el momento me acuerdo y lo recuerdo.